Vista de la exposición. Cortesía: galería Moisés Pérez de Albéniz
La actual muestra que Ana Laura Aláez tiene en la Galería Moisés Pérez de Albéniz, de Madrid, posee en el texto escrito por la artista (algo así como una sincera confesión profesional y personal que ofrece no pocas claves para mejor comprender su trabajo desde los primeros años de la década de los noventa hasta el presente) una de las más inteligentes y entrañables obras de las que consta la exposición. Es más: considero que este trabajo (para ser leído y pensar sobre él) es la piedra angular en la que pivota gran parte de estas últimas obras, luego de cinco años de no exponer en Madrid, en la que se recordará vimos, en la Galería Soledad Lorenzo, la extraordinaria serie de las cazadoras de cuero “crucificadas”, también expuestas poco antes en el MUSAC de León.
Leer más...Regina José Galindo, Tierra, 2013 ( Cortesía, Prometeo Gallery, Milán)
La temporada expositiva ha comenzado este otoño en Barcelona con una nueva edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo Swab, que acaba de celebrarse entre los días 2 y 5 de octubre. Este encuentro fue creado hace siete años por iniciativa del coleccionista y arquitecto Joaquín Díez-Cascón y, junto al festival Loop (dedicado al video-arte), constituye una de las citas anuales que la ciudad ofrece en relación con la creación contemporánea.
Aunque sabemos de antemano aquello de que ‘el nombre no hace la cosa’, el nombre de la feria, Swab, merece una explicación en tanto que es un juego lingüístico que responde de manera singular a una triple combinación. Por un lado remite a la idea de ‘intercambio’ (swap) a la vez que, a través de la ‘b’, hace referencia a la ciudad de Barcelona y pasa a significar también en lengua inglesa la palabra ‘algodón’ (swab); y, en especial, el algodón que se utiliza para recoger muestras en los experimentos de laboratorio. Así, pues, intercambio / Barcelona / experimento sería el
propósito que la feria trata de transmitir poniendo el énfasis en elementos como el pequeño formato del evento, la creación de oportunidades a artistas, comisarios y galeristas emergentes, así como en la captación de nuevos públicos.
De siempre Francisco Ruiz de Infante ha creado desde la complejidad. Una complejidad que en lo formal le ha llevado a desplegar en el espacio intrincadas construcciones, habitáculos y lugares donde el espectador podía acomodarse o perderse entre proyecciones, documentos, maquinas, sonidos, textos e imágenes que nunca se ofrecían de forma nítida sino como un tránsito que uno debía estar dispuesto a experimentar y, aún desde esa disponibilidad, corría el riesgo de sentir una especie de desamparo; una sensación que era, y es, tanto física como mental pues la lectura de sus propuestas conceptuales resulta esquiva, huidiza, jamás se da manera nítida. Sin embargo, esa resistencia que opone su obra no es una cualidad buscada sino que se relaciona con una actitud que demanda un serio ejercicio de implicación pues, lo que coloca ante nosotros, son dispositivos especulativos que apelan tanto al razonamiento más elaborado como a la pura experiencia perceptiva, esa que se cifra en la piel.
Leer más...B. WURTZ: WORKS 1972 - 2014. Galería MaisterraValbuena.
Si en la segunda semana de septiembre se daba el pistoletazo de salida de la temporada 2014/2015 para las galerías madrileñas, en la tercera semana ha sido la feria SUMMA el acontecimiento que ha reunido al sector del arte en torno a su segunda edición, y los dos asuntos merecen comentario.
Desde luego, concentrar en tres días la apertura del curso resulta un tanto agotador e inabarcable; a ello se sumaban desayunos, almuerzos y “saraos” diversos (como la cena de coleccionistas que tuvo lugar en Casa Árabe), además de algunas performances de obligada asistencia. Si alguien ha podido verlo TODO mi más sincera felicitación, yo no lo he logrado pero estoy en ello. Y, hay que decir, a pesar del esfuerzo maratoniano al que obligaba tanta inauguración, que se respiraba una especie de euforia, la cual, desde mi punto de vista, tenía sus razones.
Leer más...El Lissitzky (1890-1941) “El constructor (Autorretrato)”, 1924. Gelatina de plata, 11,6 x 12,1 cm. The Getty Research Institute, Los Angeles.
Museo Picasso Málaga.
“Victoria sobre el sol”, la ópera futurista de Aleksei Kruchenyck, se estrenó en 1913 en San Petersburgo. La historia narra como el sol, única e inagotable fuente de energía, es derrotado y sustituido por los avances tecnológicos del hombre moderno e industrial, capaz de ingeniárselas para destituir al mismísimo astro rey. Kazimir Malevich fue el encargado del vestuario y el diseño del decorado de la obra; basándose en un juego de cuadrados blancos y negros, inauguró el Suprematismo. Después, entre 1922 y 1923, El Lissitzky decidió transpolar sus pinturas “Proun” a un formato más pequeño y manejable. Se le ocurrió reducir a impresiones y grabados aquellas materializaciones catalogadas y produjo su “1º Kestnermappe Proun”, un portfolio de seis litografías en su mayoría en color, con algún collage y un texto explicativo. Lissitzky tenía éxito; sus obras se admiraban, en Hannover conoció a Sophie Küppers, su futura esposa y le llovían los encargos. Uno de ellos vino del dueño del taller donde imprimió “Kestnermappe”, pero éste tomaría otro rumbo y durante el siguiente año trabajó en “Figurinenmappe Siegüber die Sonne”, un portfolio basado en “Victoria sobre el sol”, la obra pionera del Suprematismo. El hecho no dejaría de ser anecdótico sino fuese porque manifiesta el carácter del genio ruso; una mente inagotable, fiel al progreso, convencido en sus ideas y su expansión a todos los niveles de la vida. Lissitzky diseñó nueve figuras para la ópera, pero se apoyó en diseños de muñecas mecánicas que sustituirían a los actores o actrices. De un golpe remató al sol, ya derrotado, y a los ilusos que creyeron hacerlo.
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