“¿No era ello, el verbo, lo que siempre se ha pintado –lo que siempre se ha intentado pintar? ¿Qué, si no esa voz que nombra el mundo, en lo trazado por el pincel se imaginaba haber?”
José Luis Brea, El cristal se venga, RM Verlag, 2014(1)
Si, hay una vuelta a la pintura.
La pintura es un extensión hacia el mundo y la organización de sus símbolos y de sus signos. Aitor Lajarín presenta en la Galería Artnueve, Rumiante,algunos de sus últimos trabajos, herederos todavía de la labor y el estudio para su tesis doctoral en la Universidad de San Diego, California (2). Es su tercera muestra individual en esta galería.
La pintura de Lajarín responde a un carácter procesual y reflexivo, con un fuerte protagonismo del color, del espacio, de la geometría, de los juegos ópticos. Mas allá de su condición de objeto único, esta pintura es una agitación estilística, una voluntad de manifestar la contemplación artística y estética, fruto de la experiencia y de la investigación de este artista. Su trabajo se enmarca en los límites de la representabilidad de lo imposible. Nos presenta lo que está oculto y nos ofrece una versión íntima y personal del mundo, a través de la creación del juego espacial, de la aparición de un nuevo orbe donde experimentar múltiples formas.
Leer más...Cortesía: Bienal de Venecia
Más allá del frente, una mirada expandida
Punto de partida de Reporting from the Front
La Bienal de este año llama poderosamente la atención desde el primer momento debido a la imagen de una mujer que otea el horizonte desde una escalera situada en un desierto. ¿De quién se trata?
Alejandro Aravena comienza la descripción de su Bienal dándonos la respuesta: «durante su viaje a América del Sur, Bruce Chatwin encontró a una anciana señora que caminaba por el desierto transportando una escalera de aluminio a la espalda. Era la arqueóloga alemana Maria Reiche, que estudiaba las líneas de Nazca». Donde la mayoría veía solamente piedras, Maria descubría pájaros, jaguares, árboles o flores, gracias al cambio de perspectiva producido al subirse a lo alto de la escalera.
Esta situación le permite establecer al arquitecto chileno dos postulados para la arquitectura actual. En primer lugar, Maria Reiche no tenía dinero para alquilar un avión, pero sí era suficientemente creativa para observar desde lo alto las misteriosas líneas, por tanto, Aravena la pone de ejemplo para lanzar un mensaje: «contra la escasez de medios: la inventiva». Por otro lado, podría haber utilizado algún medio de locomoción, lo que habría acelerado su estudio, volviéndolo también más cómodo, pero esto podía destruir su objeto de estudio, por lo que podemos deducir que realizó una valoración inteligente de la realidad y procuró cuidarla: «contra la abundancia: la pertinencia».
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