Es sabido que el “Grand Tour” fue precursor de la industria turística que ahora tanto hace por nuestro país. Desde finales del siglo XVII hasta medidos del siglo XIX era bastante normal que los jóvenes ricos anglosajones, delicados y aplicados, dedicasen un tiempo vital a conocer las ciudades y reinos más importantes, por sus encantos históricos, del continente europeo. La moda se extendió entre los cultos adinerados de la Europa acomodada; la convulsa Francia, los eruditos Paises Bajos, la romántica Alemania, la helenista Italia. Era un periplo que superaba el deleite, devenía necesario e instructivo -algo queda de aquel espíritu (entiéndase) en una pareja de novios que pasa un día entero deambulando por el Metropolitan mientras piensan en un resort de la Riviera Maya-. De aquellas expediciones tenemos libros, pinturas, dibujos, poemas, notas, bocetos. Lástima que fijar una fotografía todavía se resistiese; el documento hubiese sido valiosísimo.
Leer más...Con motivo de la presentación de “Escultura negativa”, el nuevo libro de Eva Lootz, realizado con motivo de la concesión del Premio Fundación Arte y Mecenazgo 2013, quisiera articular algunas reflexiones y asociaciones con el pensamiento contemporáneo que me sugieren las páginas de este libro y también, a lo largo de los años, la obra de Eva: la concepción renovada de la escultura y la filosofía del Deleuze de Mil mesetas, de la Teoría crítica y la Dialéctica de la Ilustración de Adorno y Horkheimer, con su crítica a la razón instrumental y la razón técnica, del estructuralismo del Wiener Kreis y la crítica del lenguaje del Wiener Gruppe así como, muy especialmente, del feminismo, y más concretamente, la literatura de autoras austríacas como Ingeborg Bachmann, la obra de Marlen Haushofer o de Elfriede Jelinek, e incluso, en el contexto alemán, de Hertha Müller y Christa Wolf.
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