Continuum. Proyecto co-producido por No Longer Empty, Guerrilla de la paz y New York City Department of Transportation.
Hasta el año 2004 el número 548 Oeste de la calle 22 de Nueva York fue sede del Dia Art Foundation, una de las principales instituciones de la ciudad. Fundada en 1974 para apoyar la nuevas necesidades de los artistas del momento, que implicaban proyectos de gran envergadura y complejidad técnica o de larga duración y que no podían realizarse dentro de las instituciones al uso –es el caso de los 7000 robles de Joseph Beuys, el Broken Kilometer de Walter de María o su Campo de Relámpagos–, cerró sus puertas en la ciudad para instalar su espectacular colección al norte del estado –con artistas como Louise Bourgeois, Michael Heizer, Sol LeWitt, Agnes Martin, Bruce Nauman, Richard Serra o Robert Smithson. El motivo del cierre: que el espacio no cumplía ya con las necesidades de la institución(1).
Cinco años más tarde el mismo edificio acogió a X-Initiative, una de las más interesantes propuestas sin ánimo de lucro de la ciudad del último año. Con una vida limitada a doce meses de duración y una programación expandida a los ámbitos expositivos, performativos, educativos y de producción, X-Initiative ha enfatizado la necesidad de buscar nuevos modelos de producción y experimentación artística en el cambiante paisaje del arte contemporáneo. En este sentido el debate acerca del tiempo sería una de las claves para afrontar el multifacético y maleable panorama cultural de nuestro mundo global, trasladando la discusión sobre el espacio y la conservación dentro de la institución hacia nociones de impermanencia.
Así X-Initiative surgió vinculado a principios temporales tanto en su duración como en su énfasis por mostrar artistas que trabajan con medios temporales (sean piezas de cine, vídeo, audio, performances o acciones), o presentando obras y situaciones efímeras. En su año de vida ha albergado la obra de artistas como Hans Haacke o Artur Zmijewski; ha organizado un calendario continuado de presentaciones y performances de colectivos como The Bruce High Quality Foundation o de artistas como Liam Gillick, así como visionados del archivo de Electronic Arts Intermix; ha realizado un sondeo de publicaciones de artistas desde Semina (puesta en marcha por Wallace Berman y con colaboraciones de Artaud, Bukowski, William S. Burroughs, Jean Cocteau y Allen Ginsberg entre otros) hasta el Tripping Corpse de Raymond Pettibon y acogido la “Feria de los Independientes” No Soul For Sale. Si bien la iniciativa finalizó su andadura en febrero, seguramente dará, aún, mucho de que hablar.
El mismo año en que Dia inició su labor surgió Creative Time, otra de las grandes propuestas neoyorquinas de los últimos tiempos. Desde entonces su especialidad ha sido presentar, proponer y producir iniciativas “arriesgadas” de arte público en todas las disciplinas. Creative se extendió rápidamente por toda la ciudad, realizando proyectos en carteleras publicitarias, autobuses, edificios emblemáticos, cajeros automáticos, pantallas de Times Square o utilizando formatos como el cómic o la red. De este modo las nociones de arte y espacio público se fueron expandiendo, incidiendo a su vez en espacios con un uso limitado y devaluado y enfatizando un tiempo fluido marcado por el acontecer transitorio. Hoy día no ha cesado un ápice el vigor de su actividad.
No Longer Empty, por su parte, comenzó su andadura hace poco menos de un año con el fin de ocupar –artísticamente hablando– locales cerrados de la ciudad. Surgió así como una respuesta a la deteriorada situación económica de Nueva York, donde numerosos establecimientos permanecen cerrados por la recesión. Su intención es revitalizar dichos lugares con interesantes propuestas y programas públicos que se adecuen a la naturaleza de los espacios.
Desde su inicio No Longer ha presentado intervenciones efímeras en el espacio público en lugares como el High Line Park o el puente de Williamsburg; ha intervenido los escaparates del Chelsea Hotel(2); ha reabierto los míticos almacenes Tower Records con una muestra de arte multimedia; ha ocupado una antigua fábrica de cinturones en Brooklyn y colaborado con multitud de artistas emergentes así como con otros renombrados como Yoko Ono, Rafael Lozano-Hemmer, Cao Fei o Tracey Moffatt.
Así, estas propuestas y muchas otras parecen indicar cómo la crisis económica, la escasez del suelo y su elevado coste están dando lugar a proyectos innovadores que desechan la permanencia de los contenedores artísticos convencionales, con la fluidez e hibridación que ello conlleva. Se recupera de este modo una efervescencia similar a la vivida en el Nueva York de los años 70, sólo que entonces se situaba más del lado de la contracultura y de acciones de “guerrilla”.
En cambio hoy día se incide en modelos completamente absorbidos por la industria económica y cultural. Véanse sino iniciativas como LentSpace –un parque de esculturas al aire libre situado en un solar propiedad de la empresa inmobiliaria Trinity Real Estate y coordinado por el departamento de cultura del bajo Manhattan (LMCC)–, que implican el desarrollo de una actividad inserta en el “mientras tanto” de la espera a la regeneración económica. Parece que ahora sólo cabe desear que dicha espera sea larga y creativa.
1. En 2009 se anunció sin embargo la próxima construcción de un espacio en la misma calle, que albergará instalaciones de larga duración, proyectos ambiciosos y programas públicos como lecturas, conferencias, simposiums, performances y presentaciones.
2. En esta línea otra iniciativa, Smartspaces, centra su actividad en intervenciones artísticas en escaparates de establecimientos en desuso de toda la ciudad.