Foto: I Lacosta
Adentrarse en las salas del LACMA en Los Ángeles, para disfrutar de la mayor y más completa retrospectiva de Diana Thater, la artista de San Francisco nacida en 1962 y afincada en Los Ángeles, es todo un lujo. El Museo de Arte Contemporáneo de Chicago también acogerá está interesante muestra a finales de año. En esta sede Michael Darling y Joey Orr adaptarán el excelente comisariado realizado por Lynne Cooke, de la National Gallery of Art de Washington, DC, y Christine Y. Kim, del LACMA, que han seleccionado las 22 piezas más importantes y les han dado un amplio espacio para jugar con las percepciones y la puesta en escena. Han renunciado a las cartelas en paredes y han creado varios ambientes donde una pieza da paso a la otra, yuxtaponiéndose en algunas ocasiones, cosa que lejos de confundir al espectador, lo sumerge en un mundo intenso de color.
Esta creadora es una de las figuras más importantes surgidas en la década de 1990. Sus pioneras instalaciones y video creaciones traspasan los límites físicos, ópticos y conceptúales. La experimentación de la imagen en movimiento es parte fundamental de su trabajo, desde instalaciones inmersivas a desafíos conceptuales, invirtiendo puntos de vista y realidades a través del color, el movimiento, la escala y la arquitectura.
En esta exposición encontramos sus conocidas piezas de delfines de 1999, Delphine, y abejas, Knots+surfaces, y su reconocido trabajo sobre Chernobyl, donde el espectador explora las ruinas contaminadas de la estación nuclear. También recoge piezas como Oo Fifi, Cinco Días en el jardín de Claude Monet, parte 1 y parte 2, de 1992, donde reflexiona sobre la percepción fracturada, como las pinceladas de Monet, o la más reciente Life Is a Time-Based Medium, realizada en Jaipur, India en 2015.
Para Thater la complejidad tecnológica del vídeo se convierte en la herramienta para presentar una visión distinta a la habitual, una visión más cerca a lo no-humano que a lo humano. En los últimos años se ha ido alejando del alarde científico para jugar precisamente con las posibilidades técnicas que este medio le ofrece, a favor de la yuxtaposición creativa y de la fragmentación de la imaginación conceptual y estética.
No hay que olvidar que los espectadores tienen un papel fundamental en la concepción de sus obras. La intersección de cine y vídeo en sus instalaciones, junto con la incorporación de los cuerpos de los espectadores proyectados a sí mismos, es una de las principales contribuciones de la artista en el campo del arte contemporáneo.
La proyección de imágenes desde diferentes puntos de vistas para dar énfasis a la yuxtaposición y a la fragmentación, también. El resultado, espacios sobrecogedores que invitan a la reflexión y a establecer las relaciones del ser humano con lo que ve, ya sean cisnes, abejas, delfines, lobos, caballos salvajes, escombros, ruinas…Su trabajo magnifica el entorno y la naturaleza a la vez que ejerce una dura crítica ante la ocupación masiva del ser humano y “ese veneno invisible” que desprende allá donde va.
El disfrute estético de esta exposición no escapa a nadie. Un torbellino de imágenes, de color se mezcla con nuestras sombras, con nuestros cuerpos cuyos contornos se disuelven en medio de las proyecciones, y nos hacen sentir prácticamente invisibles. Una vez más el trabajo de Diana Thater consigue involucrarnos conceptual y físicamente, demostrando su fuerza creativa y su calidad de pionera en este genero.
LACMA, Los Ángeles, 22 Noviembre 2015- 17 abril de 2016
MCA Chicago, 29 octubre 2016- 9 de enero de 2017