CIA FRANCISCO CAMACHO im-, 2009. Foto: Susana Paiva. Cortesía: SISMO - Teatron.
El pasado fin de semana tuvo lugar en el Matadero el I Festival de Creación “in situ” SISMO que se presentaba como punto de encuentro y difusión de la obra de creadores de diversos ámbitos artísticos que confluyen en un espacio escénico. Se trataría de otro festival de teatro contemporáneo si no fuera por el anunciado carácter efímero de unas obras vinculadas con un tiempo y un espacio único e irrepetible. Con apariencia de modernidad se hace referencia, por un lado, a una práctica que se remonta a las vanguardias de principios del siglo XX, y por otro, al teatro creado por y para la comunidad, de enorme arraigo en los países anglosajones y en Latinoamérica. La gran diferencia, y también la novedad de esta muestra, radica en el uso de nuevas tecnologías, no tanto en la creación como en la difusión y documentación de unas obras que, de otro modo, no encontrarían cabida en los circuitos convencionales de distribución.
En la programación del festival, predominantemente escénica, se encuentran nombres con una gran trayectoria como Fernando Rejinfo, Francisco Camacho o Rolf Abderhalden y otros que empiezan a hacerse un hueco en el panorama artístico alternativo, como Masu Fajardo, la compañía Punctum o los integrantes del colectivo Teatron.
Es de anotar que, aún compartiendo la multidisciplinariedad en el proceso de creación, los convocados entienden la especificidad espacial de forma diversa. Punctum o el grupo de artistas En proceso, que desarrolló su actividad de manera paralela al festival bajo la coordinación de Tomàs Argaray, establecieron sus pautas de trabajo a partir del entorno geográfico y social del barrio de Arganzuela. Por otro lado, Aimé Malena Panserá, Fernando Rejinfo, Quim Pujol o Francisco Camacho optaron por poéticas más personales, adaptadas al momento de creación. Por su parte, los músicos invitados al festival, Pompeia y Epicentro de propagación sonora, trabajan desde la relación con el público y con otros artistas.
Todos los participantes conocen la realidad del mercado artístico y sin autoconmiseración ante la falta de apoyo público buscan otras vías para difundir su obra. En el apartado de discusión y debate Rooms, se ha reflexionado sobre la dimensión política de una obra que en algunos de los espectáculos presentados tiene menor calado del que cabría esperar. Ahora sólo queda incorporar al público: la comunidad que este inmenso centro cultural y sus artistas pretenden integrar en su espacio.