Que el Premio Nacional de Bellas Artes haya recaído en el artista Nacho Criado es un motivo de satisfacción. Vaya desde aquí nuestra más efusiva felicitación. Que su nombre suceda en este galardón al de Esther Ferrer (2008) y al de Isidoro Valcárcel Medina (2007) viene a reconocer que el arte conceptual es página importante en la producción artística de las cuatro últimas décadas en nuestro país; un reconocimiento que compensa la consideración de artistas “raros”, o al margen, de la que han “disfrutado” en la historia que pretende erigirse como canónica, y cuya consecuencia ha sido su marginación respecto al mercado del arte, así como su escasísima presencia en las colecciones públicas y privadas de nuestro país, hasta hoy. A veces, sólo a veces, el tiempo pone las cosas en su sitio.