Albums del año: Recomendaciones

Diciembre es sinónimo de ajuste de cuentas. Lo que siga sonando en nuestros altavoces en este mes es una señal inequívoca de que supo resistir a ese síndrome tan “posmo” de la voracidad del momento. Por aquí seguimos escuchando 3 discos en especial:

The XX – The XX
Debut redondo donde los haya, y por si fuera poco firman también el rework del año, dan brillo a un discutible You’ve Got the Love de Florence and the Machine. Estos talentosísimos jóvenes londinenses construyen una verdadera obra de relojería suiza, cada canción va creciendo con la infinitud de sutilezas que se van añadiendo; incluso en los silencios. Pausas donde la música sabe respirar de la densidad emocional en la que nos sumergen los diálogos cortantes entre la tensión manifiesta del ping-pong vocal masculino/femenino. En Infinity tenemos el ejemplo paradigmático de este juego de fuerzas cortante entre el give it up de él y el I can't give it up de ella. Así es todo el disco, un tira y afloja que nos pone tantos nudos en la garganta que siempre volvemos a él con la esperanza de desenlazarlos, aunque terminamos creando nuevos enredos. Belleza dolorosa esta.

Animal Collective – Merriweather Post Pavilion
Estos señores de Baltimore a cada nueva entrega superan su proprio legado. Si dos años antes nos habían puesto el listón tan alto con el vibrante Strawberry Jam, consiguen con esta nueva entrega un refinamiento sonoro sorprendente. Un verdadero síntoma de la forma como asumen su propuesta como colectivo, desde una heterodoxia plena que se nutre de una creatividad prolífica, visible en la desmultiplicación de los proyectos paralelos de cada uno de sus miembros (Avey Tare, Deakin, Geologist o los magnánimos Panda Bear). Parece un proceso inagotable de vigorosa recreación, que pone en permanente evidencia sus propios puntos de partida, sometidos a un proceso de modelación en cada nuevo disco. Si en el inicio su verbo era la más caótica psicodelia, sin concesiones a una línea de forma más apelablemente harmónica, ahora lo que reordenan es su magma sonoro, que puede ser formateado en piezas sonoras que no dejando de deambular por sus sustratos etéreos, se ajustan a un propósito de canción. Por fin se rindieron al lado más prosaico de sus maestros Beach Boys. ¿Con que salirán la próxima vez?

Patrick Wolf – The Bachelor
El multi instrumentista, el performer, el barroco chico del sur de Londres pone de manifiesto su ingenio pop. Disco grandilocuente, con una abundancia de recursos rítmicos y harmónicos que impresionan. Su formación clásica como aprendiz de violín le dio el sentido formal de la composición. Su mente inquieta, que va desde el interés declarado por el folk en su vertiente más purista a los abordajes del universo electrónico, constituyen el amplio abanico referencial pop que le sirve para crear un imaginario de encrucijada. Resultando tan articulado por estar trufado de un conceptualismo romántico, que le sirve de línea conductora para ligar todas las sensibilidades en liza, elemento congregador que evita el pastiche tan característico de la composición actual que se arroja a nutrir de todo cuanto pueda. El verdadero merito de Patrick Wolf no es ir en busca de una conciliación, sino de una tensión estilística en la que cada elemento reconoce la necesidad de los demás. Al final consigue un clásico moderno.

PS: También merecen mucho la pena los discos de; Bill Callahan - Sometimes I Wish… / Dead Man's Bones - Dead Man's Bones / Fever Ray - Fever Ray / Girls - Album / J. Tillman - Year in the Kingdom / Junior Boys - Begone Dull Care / The Pains of Being Pure at Heart - The Pains of Being Pure at Heart / Prefaut Sprout - Let’s Change the World with Music / The Twilight Sad - Forget the Night Ahead / Vic Chesnutt - At the Cut