Vista de la exposición.
En el ámbito centroamericano la escena artística guatemalteca siempre ha sido la más conectada con la modernidad y la más vital, tanto en el plano de la producción como en el de la crítica y la teoría, además de contar con un cierto coleccionismo privado y una red de galerías localizada en la capital. Pero como ocurre en general en Centroamérica y el Caribe, la ausencia de instancias institucionales de peso o de museos, ha propiciado la creación de espacios independientes, impulsados muchas veces por artistas en estrecha colaboración y participación con críticos y otros agentes culturales, que se sitúan entre el modelo de la galería comercial, el espacio de producción que facilita el trabajo en colectivo, el espacio de actividades dirigido a la formación, el laboratorio de ideas o la plataforma de discusión y acción artística. Casa Noj, en Quetzaltenango (Guatemala), es un caso muy ilustrativo de como son los métodos y la dinámica en las políticas culturales en cuatro tiempos: 1) las autoridades municipales de esta ciudad del altiplano guatemalteco ceden el espacio municipal de Casa Noj a un colectivo de artistas para su gestión y programación, 2) el colectivo consigue financiación de agencias de cooperación internacionales, entre ellas también de la Cooperación Española, 3) la municipalidad procede al despido y desalojo del colectivo para aprovechar estos fondos, y 4) este colectivo refunda el proyecto cultural en un espacio de alquiler en el centro de la ciudad, como Ciudad de la Imaginación, y arrastra también los apoyos financieros de Hivos. Actualmente desarrollan el proyecto Pasaporte a la cultura que tiende a abrir el ámbito cultural subrayando actividades formativas en una provincia con una fuerte conciencia identitaria. En ocasiones como esta la acción cultural parece desarrollarse a contracorriente de la rapacidad institucional. En Ciudad de Guatemala, Ultravioleta, es un espacio intermedio que se plantea como una plataforma multidisciplinar, dedicado a la experimentación, fundado en 2009 por los artistas Stefan Benchoam y Byron Mármol en asociación con el crítico y comisario independiente Emiliano Valdés. Situado en el edificio del mítico Cine Lux del centro de la ciudad, su programación ha estado siempre atenta a los artistas emergentes que no suelen encontrar espacio en las galerías con un perfil más tradicional de mercado, pero también y sobre todo ha propiciado debates, presentaciones de proyectos y trabajos de artistas tanto locales como extranjeros (en programas titulados gráficamente como "blablabla") en los que han participado el mexicano Carlos Amorales o la guatemalteca Yasmine Hage.
Sus proyectos rompen moldes como por ejemplo Grandes Obras maestras del siglo XX, que consistió en réplicas de obras de Duchamp, Beuys o Kossuth a cargo de artistas locales, que posteriormente fueron subastadas en el mismo espacio con un martillo de remate de plástico, de colores y con sonido incorporado. Entre los artistas representados por la sección propiamente galerística, figuran algunos de los creadores más excéntricos de la escena guatemalteca, como Naufus Rodriguez-Figueroa o Alberto Rodriguez Collía, a parte de sus cofundadores Stefan Benchoam y Byron Mármol. Recientemente el espacio presentó una exposición de esculturas e instalaciones del pintor costarricense Federico Herrero.
Ultravioleta, desempeña una función de agitación cultural pero también establece puentes de comunicación con espacios y proyectos afines, en una región donde la información y la actualización es vital, desarrollando intercambios de experiencias y proyectos. En su página web la pestaña de links conducen hacia otros proyectos relevantes y de orientación semejante, enfocados en una multidisciplinariedad entre la galería que asiste a ferias y el espacio alternativo con café, que les permite sobrevivir en un entorno decididamente hostil y a veces precario para lo contemporáneo: desde Des-pacio en Costa Rica, impulsado a la vez como galería comercial y espacio de proyectos experimentales por el artista Federico Herrero, a Beta-Local, un proyecto de producción de ideas en Puerto Rico dirigido por Michy Marxuach, o Soma y Revolver Galería en México, o la Central en Bogotá, que tienen un perfil más marcado de galería comercial.
Actualmente y aprovechando la fiesta tradicional guatemalteca de la Quema del Diablo, que se celebra el 7 de diciembre (equivalente a la noche de San Juan en otras latitudes), Ultravioleta ha invitado a organizar una exposición de encuentro y confrontación al espacio Diablo Rosso de Panamá. Fundado en 2006, en el centro histórico panameño, incluye tienda de objetos de concepto, café y espacio de exposiciones, pero también desempeña la función de una oficina de proyectos e ideas, integrando diseño y danza contemporánea, así como talleres y presentaciones.
La propuesta expositiva se centra en la figura del diablo como un reverso y metáfora de lo alternativo entre el humor y la parodia: la inauguración se abrió con la quema de una hoguera en la puerta del espacio y la exposición se abría precisamente con un video documental de Carlos Arriola, de una danza tradicional guatemalteca entreverada con danza contemporánea, para concluir con otro video, del panameño Jonathan Harker en el que la danza de la quema del diablo en Guatemala tiene la banda sonora invertida, creando un contrapunto de tensión a la marimba de fondo. Entre las obras destacan una pieza sonora del artista panameño, fallecido recientemente, Gustavo Araujo, sobre las danzas de los negros congos de Portobello (Panamá); un díptico fotográfico en esquina, provisto de una silla para su contemplación, de José Manuel Castrellón, y una serie de fotografías de la artista holandesa Rachel de Joode en las que reconstruye altares organizados con elementos cotidianos en forma de esculturas casuales. Sin embargo una de las piezas más relevantes en la muestra es de Stefan Benchoam, cofundador del espacio: La Iglesia de los Últimos Días, que critica ácidamente el auge de las iglesias evangélicas en el país. El proyecto se inició en un anuncio en un diario de la ciudad solicitando los servicios de un pastor para dar sermones en un nuevo templo. El anuncio ofrecía un teléfono en el que los candidatos debían expresar con convicción sus aptitudes predicadoras para el cargo. A la convocatoria contestaron cerca de 40 candidatos de verbo suelto, a los que con frecuencia desesperaba el límite de un minuto del contestador automático para explayar la verborrea que debería otorgarles un porcentaje en la recaudación de dádivas y donaciones, y repetían hasta varias veces. Una cruz construida con fluorescentes blancos, la luz dominante en los innumerables templos evangélicos que puntean el territorio guatemalteco, se apoya sobre la pared mientras un audio repite sin cesar los mensajes de los predicadores en busca de feligreses. En la pared de enfrente se exponen, como un ready-made de contraste en temas de fe, un muestrario de elixires sanadores y mágicos: baños para la cura de enfermedades, para la consecución del deseo o el amor no correspondidos, o para la atracción del dinero o en un caso más extremo o desesperado el trabajo y el empleo.
Al margen de Ultravioleta, Stefan Benchoam impulsa junto a Rodrigo Fuentes un novedoso proyecto web, www.sueltasualta.es, que construido desde Guatemala plantea un diálogo latinoamericano entre arte y literatura, como una revista virtual. Cada 15 días la web se alimenta con un nuevo diálogo comisariado entre un artista y un escritor. Algunos textos son inéditos, otros extraídos de publicaciones. Entre los participantes hay nombres importantes de la narrativa actual como Rodrigo Rey Rosa o Eduardo Halfon, y hasta ahora se pueden leer y ver cerca de treinta diálogos. Entre otros destacan las fotos de la artista panameño-norteamericana Rachelle Mozman y el relato de Sonia Budassi; videos de Donna Conlon y Jonathan Harker con un cuento de Yanko Molina; Radamés "Juni" Figueroa y Juan Sebastián Cárdenas, Alexander Apóstol y Leonardo Loyola o Regina Galindo y Rodrigo Blanco.