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Antoni García Lamolla. Sin título, 1935
Madera, yeso y hierro 41.5 x 27 x 29 cm.
Colección Yolanda García Lamolla
Del 27 de mayo al 19 de septiembre de 2010
www.museooteiza.org
info@museooteiza.org
T. 948 33 20 74
F. 948 33 20 66
La revolucionaria transformación de la escultura durante las primeras décadas del siglo XX y la irrupción de la escultura de Oteiza a principios de los años treinta es objeto de análisis y representación en la exposición «Forma, signo y realidad. Escultura española 1900-1935», un proyecto producido por el Museo Oteiza, que revisa el desarrollo de la escultura desde los inicios del siglo hasta la partida de Jorge Oteiza a Hispanoamérica y analiza los momentos más relevantes de este periodo de trasformación y radical superación de la tradición figurativa.
Los tres conceptos que dan nombre a la muestra concretan los ámbitos de la escultura moderna. El primero de ellos se articula en torno a la ruptura con los excesos decimonónicos mediante la voluntad formalista, a partir de la síntesis naturalista de Auguste Rodin y del esfuerzo de depuración y orden del nuevo clasicismo. Un pensamiento que fundamentó también la disgregación de planos visuales con el que Picasso definió la escultura cubista en 1909. Por su parte, tras el fin de la primera Guerra europea, se produjo un desarrollo de la escultura que se resume en los otros dos conceptos definitorios de este proyecto: signo y realidad. El primero, como profundización en la naturaleza de la psique humana y de lo simbólico, fundamentó la plástica surrealista desde 1931 y permitió la configuración de un nuevo vocabulario de signos constructivos y de escultura abierta y sin bloque. Por su parte, la idea de realidad se definió por nuevos conceptos de figuración en base a la depuración primitivista, a la objetivación del mundo o a la emoción de realidad, especialmente fructífera entre los escultores españoles.