Max Estrella presenta el trabajo más reciente de Nacho Martín Silva (Madrid 1977). Titulada Carcoma en la Madera, es su primera exposición en la galería, tras su reciente incorporación como artista representado de Max Estrella. Tres pinturas de gran formato articulan el eje de la muestra y sirven de estrategia narrativa para cuestionar la interpretación unívoca del relato histórico construido a través del orden imperante. Para ellas se ha tomado como referente imágenes de salas de diferentes museos; La casa Museo de Sigmund Freud en Londres, el Museo de Artes Decorativas y el Museo Arqueológico en Madrid.
Todas las obras expuestas defienden la posibilidad de ofrecer múltiples visiones de los acontecimientos de manera simultánea, en un recorrido que, como los túneles excavados por la carcoma en la madera, está plagado de conexiones y va dejando un discreto rastro que se advierte al ralentizar el ritmo de la mirada. Plantea así una visión poli-focal, un modo de construir que admite la inclusión de micro-historias ajenas o divergentes respecto al discurso oficial.
Introducir desorientación es una de las más efectivas tácticas de desestabilización. Cuando nos referimos a una estructura, metafórica o literalmente, puede producirse mediante acciones de gran magnitud e impacto, gestos planeados, pero igualmente suceder debido a acciones silenciosas, cuyo origen no excede el instinto natural. En un sentido literal, la carcoma es un ejemplo de estas últimas. Larvas de distintas especies de coleópteros excavan túneles laberínticos, alimentándose y viviendo de la misma madera que acaban debilitando.
Superestructuras no evidentes o la propia educación y contexto de cada individuo condicionan una visita "express" del museo como generador de relatos. Igual que sucede con la madera y la carcoma, una lectura en profundidad revela una intrincada red de posibilidades para habitarlos, recorrerlos, digerirlos y destruirlos. Esta última no en un sentido literal, si no referida al colapso por desgaste, causado por el reiterado repensar de la apropiación de una imagen que se convierte en otra modificando así su sentido. Son estas incursiones comedidas, no evidentes, las que introducen el desconcierto dando acceso al espectador a una nueva lectura que fundamenta el sentido del propósito de Martín Silva.
A principios de los 70 Gordon Matta-Clark, figura central del grupo Anarquitectura firma una poética declaración de principios: “Esto es lo que podemos ofrecer en su forma más elaborada: confusión dirigida por un claro sentido del propósito”. Y es que la confusión intencionada es una buena guía para casi cualquier tipo de descubrimiento.
Nacho Martín Silva vive y trabaja en Madrid. Cabe destacar sus exposiciones individuales en el Centro de Arte de Alcobendas, Spring Break Art Show New York, y la Fundació Pilar i Joan Miró, Mallorca. Ha sido receptor del premio Bienal Pilar Juncosa y Sotheby’s y Casa Velázquez. Su obra está ya presente en diversas colecciónes; Jorge Pérez, María Cristina Masaveu Peterson, DKV y Absolut entre otras.
Matadero Madrid presenta la segunda edición de Tentacular. Festival de Tecnologías Críticas y Aventuras Digitales. Del 21 al 23 de noviembre de 2019, la Nave 16 del centro de creación contemporánea será el escenario de un completo programa de actividades en forma de charlas, talleres, actuaciones y nuevas producciones, entre otras, protagonizado por 25 artistas, diseñadores, periodistas, investigadores, activistas y tecnólogos internacionales que están desarrollando nuevas estéticas y narrativas para ayudarnos a comprender nuestro tiempo, cada vez más convulso y complejo.
Comisariado por Julia Kaganskiy (Estados Unidos), comisaria independiente y directora fundadora del NEW INC en Nueva York, y José Luis de Vicente (España), investigador y comisario del Sónar +D y de exposiciones como Big Bang Data (CCCB Barcelona) o Atmospheric Memory (Festival Internacional de Manchester), el tema de la segunda edición de Tentacular es Extremofilia. A través de este concepto, que originalmente se refiere a microorganismos capaces de prosperar en condiciones extremas consideradas hostiles a la mayoría de las formas de vida, Tentacular 2019 reflexiona sobre la tendencia hacia los extremos que caracteriza cada vez más tanto a la cultura contemporánea como a nuestra realidad material. El auge de los extremismos ideológicos, las formas de amor emergentes en tiempo de afectos extremos y la acuciante necesidad de adaptación sistémica y ecológica son los tres ejes bajo los que se articula la programación del festival.
NoguerasBlanchard presenta Dear Skywatcher de Robert Filliou, artista que revolucionó la visión del arte durante los años sesenta, presentándolo principalmente como una forma de juego de investigación que podría ocurrir en cualquier medio, o incluso no ocurrir, como una serie de ideas no realizadas. Pasando por alto las convenciones del mercado del arte a favor de las cualidades artesanales, evanescentes e indeterminadas de las prácticas creativas en curso, su producción –autodenominada “propuestas artísticas”– incluyó obras de teatro, poesía de acción, actuaciones callejeras, happenings, poemas-objeto, mail art, libros, escritos, ensamblajes, múltiplos, juegos, mapas conceptuales, instalaciones, centros de creación permanente, películas y videos.
Dear Skywatcher, que toma título de una de las piezas de la exposición, presenta una selección de múltiplos, de los que Robert Filliou produjo más de un centenar a lo largo de su vida, solo o en colaboración con amigos como Brecht, Williams y Spoerri. Poniendo en foco ese interés de Filliou por la comunicación a través de actividades de intercambio, NoguerasBlanchard presenta un proyecto de display diseñado por Paula García-Masedo, proponiendo un acercamiento diferente mediante dispositivos que invitan a compartir y experimentar a su vez las piezas presentadas. Estas reflexiones en torno al lenguaje y la palabra, comunicación e intercambio se hacen patentes en piezas como 7 Childlike Uses of Warlike Material (1971), realizada en colaboración con Hartmut Kaminski, conformada por fotografías de objects trouvés cotidianos que son identificados mediante texto como materiales de guerra potenciales, y a su vez desterrados a espacios imaginados como las montañas, la luna y las estrellas, anulando así su capacidad de destrucción y “contribuyendo al arte de la paz”.
Robert Filliou nace en Sauve, Francia, en 1926. Después de luchar en la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, se muda a Los Ángeles donde consigue el Grado de Economía en la Universidad de California. En el período entre 1951-1954 viaja a Japón y trabaja para la Organización de Naciones Unidas en Korea del Sur, y descubre las filosofías del Budismo Zen que cambian el curso de sus actividades. Se establece en París en 1959 donde conoce a Daniel Spoerri quien le introduce a su círculo de artistas. Desde 1969 a 1972, vive en Dusseldorf, en medio de un rico ambiente artístico junto a Daniel Roth, Dorothy Iannone, Marcel Broodthaers y Joseph Beuys entre otros. En 1979 se establece en Dordoña cerca de un centro de estudios tibetanos. Muere en Les Eyzies, Francia en 1987.