Espacio Fundación Telefónica acoge la exposición Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica, comisariada por Hans-Michael Koetzle pretende mostrar, por primera vez, este cambio que la invención y la comercialización de la cámara Leica supusieron para la fotografía. Como esta cámara pequeña, fiable y versátil, equipada con un objetivo de alta resolución diseñado específicamente para ella por Max Berek, marcó un cambio paradigmático en la historia de la fotografía.
La muestra se compone de cerca de 400 fotografías con material documental que incluye periódicos, revistas, libros, publicidad, catálogos y prototipos de cámaras. A través de éste se relata la historia de un siglo de fotografía en película de 35 mm, desde sus inicios hasta la actualidad.
En junio de 1914, el ingeniero Oskar Barnack, trabajador de la empresa líder en la fabricación de microscopios Leitz, construye el primer modelo funcional de una cámara compacta para película cinematográfica de 35 mm. En la mente de Barnack bullía la idea de una cámara pequeña y liviana que permitiera hacer fotos en serie de forma sencilla y rápida usando película cinematográfica manufacturada (es decir, disponible en el mercado y, por tanto, comparativamente más barata). “Negativos pequeños, imágenes grandes” era su lema.
Hace más de cien años nacía así la cámara Leica (= Leitz / Camera). Su lanzamiento, forzado a posponerse hasta 1925 debido a la Gran Guerra, supuso mucho más que la mera comercialización de una nueva cámara, cambiando de un modo radical la manera en que registramos la realidad. Ligera, de apenas 400 gramos, fácil de manejar y sencilla de transportar metida en el bolsillo, la Leica posibilitó tomas de una espontaneidad, dinamismo y flexibilidad imposible hasta entonces.
La exposición Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica se enmarca dentro del programa de la XX edición de PHotoEspaña, que tendrá lugar entre el 31 de mayo y el 27 de agosto de 2017.
Tras la exposición dedicada a Philippe Starck en el Centre Pompidou de París en el 2003, el Centre Pompidou Málaga presenta “Starck, dibujos secretos”. Starck, que se define como un “utopista naïf”, nos transporta al corazón de su proceso creativo a través de la inmersión de miles de dibujos, croquis, investigaciones, donde los espectadores se convierten en actores.
Igualmente se exponen objetos de diseño, desde los más icónicos a los más cotidianos, como el exprimidor Juicy Salif (1989) o el proyecto de arquitectura de la Maison Heler que pronto se inaugurará en Metz. A través de esta exposición, Starck nos hace viajar por el inconsciente de la creación, para descubrir esa “sombra misteriosa”, inspiradora pero también temida, en la que los objetos nos iluminan sobre su propia creación y su necesidad de ser.
Starck, así como Fausto, ¿ha entregado su alma a la creación? Desde la constitución de su estudio Ubik en 1979, Starck ha concebido más de 10.000 proyectos que atraviesan todos los territorios de la creación con una misma obsesión: crear objetos que estén al servicio de los usuarios. Para Starck, el objeto tiene que ser “justo”, “prestar servicio”, pero este servicio ha de ser tanto funcional como emocional.
Alguien que encarna el diseño democrático no deja de cuestionarse: por qué este nuevo objeto merece existir? Creador comprometido que se debate entre las mutaciones del mundo contemporáneo, Starck fue uno de los primeros en reivindicar una conciencia ecológica de la creación.
El Centro de Arte La Regenta acoge Perdona por las cosas que te dije en invierno, una exposición que intercala y conecta una selección de obras efectuadas por los artistas Martín y Sicilia durante más de veinte años de carrera creativa, junto con otras piezas actuales.
José Arturo Martín y Javier Sicilia trabajan en equipo desde 1995. Sus piezas siempre se han caracterizado por desarrollar escenas pictóricas, fotográficas o instalativas, en las que ambos artistas se incluyen como protagonistas de situaciones que pueden parecer convencionales. Sin embargo, tras esa primera lectura en clave narrativa, sus obras empiezan a ofrecernos otros registros que nos llevan de una forma sutil hacia un cuestionamiento permanente de los valores establecidos y hacia una dialéctica insumisa que se posiciona frente a los grandes temas que la contemporaneidad plantea. Mediante un relato conciso de lo ordinario y a través de una acción que nunca es casual, el conflicto va penetrando sutilmente en lo cotidiano. Es entonces cuando Martín y Sicilia abordan, desde ese contexto tan cercano y reconocible, las dificultades con las que se encuentra el sujeto actual a la hora de sortear los obstáculos que le tiende este mundo de incertidumbre y de vorágine en el que andamos sumidos, una pérdida del sentido y de la identidad que ellos tratan de reconstruir para reorientarse, cartografiando su entorno inmediato desde la ilusión, la duda, el riesgo, el miedo, el triunfo, el sentido del humor, la ironía, el sarcasmo, la diversión, la herida y el desánimo, señalizando el terreno reconocido con hitos de experiencia, marcas de vida y luces de fiesta, mientras completan sus biografías con su forma de ser y de actuar, pero también de subsistir, resistir y (re)existir.
La introducción de la acción, del conflicto y de su (ir)resolución, en espacios que pudieran parecer seguros, genera una biografía de la duda que se extiende sobre el mapa de sus propias identidades, una cartografía que recorre, sucesivamente, los itinerarios que les llevan desde lo imaginado a lo real y desde lo particular a lo general. Todo ello compone este experimento expositivo titulado “Perdona por las cosas que te dije en invierno” (2016) que ha sido realizado en las salas del Instituto de Canarias Cabrera Pinto de San Cristóbal de la Laguna y, ahora, en el Centro de Arte La Regenta de Las Palmas. Martín y Sicilia recogen, para ambas propuestas, un discurso que intercala y conecta una selección de obras efectuadas durante sus más de veinte años de carrera creativa junto con otras piezas actuales, y lo hacen, no con una pretensión retrospectiva, sino con la voluntad de dejar en evidencia que esos temas recurrentes siempre han estado presentes en su reflexión, generando nuevas lecturas acumulativas y en mutación que ahondan en el desaliento diario del campo de batalla, en el desgaste del conflicto cotidiano, pero también en la articulación de la resistencia y del camuflaje, en la planificación de la defensa y del contraataque, en la expectativa de la supervivencia, la vivencia, el éxito y la victoria. Un mapa conceptual –recogido en “The Handbook of Concepts”, la publicación que acompaña la muestra- que salvará sus vidas, un pacto que quizás pueda salvar las nuestras, las de todos aquellos que somos parte de esta peculiar conjura del arte que, desde hace tiempo, vienen tejiendo José Arturo Martín y Javier Sicilia.