Desde el 13 de marzo hasta el 25 de mayo, la Fundación Luis Seoane acogerá en sus salas la exposición colectiva El boceto del mundo, una coproducción del MARCO Museo de Arte Contemporáneo de Vigo, el Auditorio de Galicia y la Fundación Luis Seoane.
A través de una serie de piezas y documentos seleccionados por los comisarios de la exposición, Ángel Cerviño y Alberto González-Alegre, El boceto del mundo muestra el universo del taller del artista, así como los procesos y materiales empleados por los creadores para el desarrollo de sus obras.
La exposición recoge los bocetos, apuntes, materiales diversos y piezas inacabadas de un conjunto de veintidós artistas contemporáneos: Marta Bran, Berta Cáccamo, Bosco Caride, Rosendo Cid, Tamara Feijoo, Beatriz Lobo, Juan Loeck, Rut Massó, Din Matamoro, Chelo Matesanz, Santiago Mayo, Tatiana Medal, Miquel Mosquera, Doa Ocampo, Kiko Pérez, Ignacio Pérez-Jofre, Isaac Pérez Vicente, Juan Carlos Román, Luis Seoane, Teo Soriano, Tayone, Mauro Trastoy.
A partir del próximo jueves 13 de marzo, la Galeria Carles Taché presenta L´altre paisatge (El otro paisaje), primera exposición de Stella Rahola Matutes (Barcelona, 1980) en la galería.
La muestra reúne obra reciente de la artista y nos propone una aproximación al mundo natural a través de la idea del paisaje. La mayor parte de la exposición ha sido producida en Xiamen (China), donde la artista tuvo oportunidad de realizar una estancia en el 2013.
Tabacalera Promoción del Arte presenta dos nuevas exposiciones: 8 cuestiones espacialmente extraordinarias (Espacio principal), comisariada por Virginia Torrente, y Desde Oaxaca. Edgardo Aragón (Sala La Fragua), comisariada por Pia Ogea.
Ocho cuestiones espacialmente extraordinarias se ubica en un lugar específico, el edificio de Tabacalera, que tiene una historia ligada a una economía y a un contexto político y social concreto. Un lugar heterogéneo que se constituye como el emplazamiento óptimo para situar en 8 espacios individuales las 8 intervenciones artísticas realizadas in situ, de tipo site-specific, como es el trabajo habitual de los artistas presentes en la exposición.
Jacobo Castellano, Miren Doiz, Nuria Fuster, Fernando García, Hisae Ikenaga, Jaime de la Jara, Guillermo Mora y Miguel Ángel Tornero poco tienen en común en el camino que cada uno se ha ido marcando. Sin embargo todos asumen aquí el riesgo de trabajar para un lugar con un marcado carácter, donde surgen dudas y preguntas a resolver. Sus obras adquieren un punto en común en cuanto a que todos los creadores, de una manera muy amplia y partiendo de ideas propias, conjugan un interés por la memoria y desmemoria de los objetos domésticos, los muebles, y otros enseres de uso cotidiano.
El proceso, parte fundamental en la creación de las piezas de esta exposición, arranca a partir de las funciones originales o alternativas para las que los materiales empleados fueron creados, y a partir de ahí, surge la posibilidad de que dichos materiales ejerzan otra función distinta moldeada por el artista. En su deconstrucción, buscan identidades escondidas, nuevas funciones, una mirada conceptual sobre los mismos, o simplemente, el absurdo de lo material y cotidiano que nos rodea, desde puntos de vista absolutamente personales.
Lo verdaderamente relevante es la solidez de la obra de arte, no importa si efímera o permanente, como huella del trabajo y la imaginación de su autor.
Por otro lado, Edgardo Aragón (Oaxaca, México, 1985) retrata con su obra la situación actual de una parte del México rural, azotado por el abandono de la población debido al éxodo hacia las grandes ciudades o el control de los recursos naturales en manos de multinacionales, entre otros motivos.
A través de imágenes herederas del paisajismo romántico del siglo XIX, el artista refleja, desde la belleza de los paisajes mexicanos, la situación desesperada de los habitantes del México rural de la zona de Oaxaca. Construye imágenes evocadoras y metáforas que conforman un universo visual contemporáneo heredero del realismo mágico latinoamericano.
Seis fotografías, tres videos y una instalación que abre el recorrido, conforman esta muestra en la que los protagonistas de las narraciones de la obra de Edgardo Aragón aparecen frecuentemente sin esperanzas, resignados e incapaces de luchar por mejorar su situación, presos de una cultura de la violencia arraigada desde la niñez y desde hace años en sus vidas.
La video-instalación Matamoros vertebra la exposición, exponiendo la historia real de Pedro Vásquez Reyes, que recorrió junto al artista el trayecto que aquel realizaba cuando traficaba con drogas; su destino marcado por una realidad social con escasas alternativas le conduce a ganarse la vida de forma ilegal.