Matadero Madrid presenta Hasta que los leones no tengan historiadores..., una exposición del colectivo Declinación Magnética.
"Márgenes y excedentes- de la historia y de la ley, de las poblaciones y los sujetos, de la representación y la represión, de la economía, la violencia y la memoria"- son los dos conceptos clave mediante los cuales el colectivo Declinación Magnética emprende una exploración estética y política de la crisis global actual, en una exposición que despliega dos producciones artísticas complementarias.
El pasado y el presente colonial español forman el eje de la primera producción, que constituye una aproximación crítica a los relatos dominantes sobre el 'Descubrimiento' y la Colonización de América, tal y como se plasman en los libros de texto escolares españoles y latinoamericanos de diferentes épocas. Esta producción tiene un fundamento experiencial, ya que se basa en una serie de ejercicios con alumnos y profesores de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato, formalizados en proyecciones en vídeo y paneles con libros intervenidos.
Si del pasado colonial se puede decir que en los márgenes de la historia y la memoria afloran las huellas de la violencia y la desposesión aun presentes, esa misma desposesión y esa violencia han tomado otra forma en nuestros días. De la desposesión por explotación hemos pasado a la desposesión por exclusión. Para el capitalismo actual sectores cada vez mayores de la humanidad se han vuelto enteramente prescindibles, convirtiéndose en un excedente de vidas desechables gestionado de forma cada vez mas represiva, mediante dispositivos jurídicos que dejan cada vez menos margen para las protestas de la ciudadanía. Esta es la nueva condición de desposesión que intenta cartografiar la segunda producción, mediante un campo narrativo construido como una estructura cinematográfica expandida, donde objetos y espacios se combinan con imágenes en movimiento para formar los meta-fotogramas de una película-instalación.
Historia y Ley son dos de los mecanismos privilegiados de mediación entre sujeto y poder, caracterizados ambos por una normatividad aparentemente incontestable, tras la que se esconde un nexo común de ficciones fundacionales sobre las que pretenden intervenir las dos producciones artísticas articuladas en esta exposición.
El título viene de un proverbio africano: “Hasta que los leones no tengan sus propios historiadores, las historias de cacería seguirán glorificando al cazador”. Para dejar de ser presas, para acabar con la atroz cacería, para devolver su soberanía desposeída a los leones, es urgente producir narraciones 'desde abajo', romper el monopolio de los depredadores que nos dictan su Historia y su Ley.
El Museo del Prado acoge la exposición Dibujos españoles en la Hamburger Kunsthalle: Cano, Murillo y Goya, que podrá visitarse hasta el próximo mes de febrero.
La Kunsthalle de Hamburgo alberga una de las más importantes, en calidad y cantidad -más de dos centenares de obras-, colecciones de dibujo antiguo español fuera de nuestras fronteras. Una colección reunida en Sevilla a comienzos del siglo XIX, que fue vendida en el mercado londinense y adquirida por el museo de Hamburgo en 1891
El núcleo de la colección está formado por los dibujos de Bartolomé Esteban Murillo y algunos de sus más importantes coetáneos y seguidores, muchos de ellos vinculados a la Academia fundada en Sevilla por el maestro junto con Juan de Valdés Leal y Francisco de Herrera el Mozo. Además, se presenta importantes obras de otros destacados maestros del Siglo de Oro como Alonso Cano o Antonio del Castillo.
Los dibujos de Francisco de Goya, sobre todo los realizados a partir de cuadros originales de Diego Velázquez hoy conservados en el Museo, conforman el otro gran foco de la colección.
El Museo Thyssen-Bornemisza presenta Impresionismo americano, una exposición dedicada a la expansión del impresionismo en Estados Unidos, que reúne una selección de casi ochenta pinturas, incluyendo obras de artistas como Mary Cassatt, John Singer Sargent, Childe Hassam o Theodore Robinson.
A raíz de la exposición de impresionismo francés organizada por el marchante Paul Durand-Ruel en Nueva York en 1886, los artistas americanos comenzaron a hacer uso de la nueva pincelada, los colores brillantes y los efectos fugaces propios del movimiento francés; muchos de ellos, decidieron incluso viajar a París para conocer el impresionismo de primera mano.
Esta exposición será la primera ocasión de poder contemplar en España una muestra dedicada a la expansión del impresionismo en Norteamérica. Su comisaria, Katherine Bourguignon, conservadora de la Terra Foundation for American Art Europe, rastrea a través de unas sesenta pinturas el modo en que los artistas norteamericanos descubrieron el impresionismo entre las décadas de 1880 y 1890, así como la interpretación propia de este estilo que desarrollaron hacia 1900.