La Fábrica acoge la nueva exposición de Miguel Ángel Moreno Carretero, Mecanismos inconscientes del horizonte, un proyecto de investigación que documenta y localiza más de un centenar de pseudo-esculturas de carácter publicitario situadas, en su mayoría, en las cercanías de las carreteras de la geografía española. Las 39 imágenes de la muestra, que forman parte de un inconsciente colectivo, están dotadas de un evidente componente narrativo salpicado de guiños irónicos e incluso humorísticos y cierto sentido utópico. Una obra que combina la fotografía con las instalaciones e intervenciones sobre el paisaje y los espacios públicos patrios. Un catálogo detallado de esos ‘museos al aire libre’ creados por el hombre que podrá visitarse del 27 de noviembre al 11 de enero.
Viajero tenaz desde niño, cuando realizada largos viajes por carretera junto a su padre, Moreno decidió hace seis años profundizar más en su trabajo con el paisaje a través de una incipiente colección de mobiliario publicitario situado en esos límites del paisaje.Mecanismos inconscientes del horizonte traza un mapa de la Península Ibérica de manos de un apasionado del paisaje que ha encontrado innumerables lugares determinados por la mano del hombre y que le obligaron a detener su ruta para fotografiar esas esculturas anónimas, hijas de un tiempo. Artefactos publicitarios y señalizadores, vinculados al comercio y desprovistos de cualquier intención artística inicial que conforman una colección de fotografías que evocan un período de tiempo claramente identificable en el paisaje español y posiblemente, en peligro de extinción.
El Museo ICO acogerá en 2015 la exposición EXPORT: Arquitectura española en el extranjero, una muestra de arquitectura sin planos ni maquetas, comisariada por Edgar González, que tiene el objetivo de mostrar una panorámica actual de lo que representa practicar la arquitectura fuera de nuestras fronteras.
La muestra -muy gráfica, muy documental–, realizará un recorrido por obras emblemáticas de la arquitectura española en el exterior, anteriores a 2002, e intentará dibujar el futuro a través de una serie de hilos narrativos diversos, informaciones cruzadas que el visitante pueda luego usar para tejer sus propias conclusiones acerca del futuro de la arquitectura.
"Además de las figuras consagradas de la arquitectura construyendo grandes proyectos de referencia, hay una generación de profesionales españoles que están construyendo fuera su primera obra, o trabajando en cooperación, o simplemente, a la sombra de grandes oficinas internacionales y queremos que tengan un papel protagonista en la exposición que estamos creando".- Edgar González.
CONVOCATORIA DE PROYECTOS:
Del 17 al 30 de noviembre invitan a arquitectos españoles que estén –o que hayan estado recientemente– trabajando en el extranjero, a enviar sus proyectos para recopilar experiencias creativas que vayan desde la construcción, al diseño –gráfico, industrial, moda…– pasando por la investigación o por el trabajo editorial. Los interesados solo tendrán que rellenar esta ficha. El equipo de investigación de la exposición determinará la incorporación de los proyectos más interesantes a los ecosistemas en los que se han dividido el capítulo Presente de la exposición, bajo los epígrafes: Trincheras, Young Archievers,...
El CGAC acoge, bajo el comisariado de Ángel Cerviño y Alberto González-Alegre, la exposición El orden de las primeras cosas de Carlos León.
La muestra explora y vertebra algunas de las series más recientes del pintor. Indaga con especial interés en los juegos de relaciones —plásticas y conceptuales— que se establecen entre el radical cuestionamiento de todo ilusionismo que propone su pintura y la práctica depurada de una producción tridimensional.
En la obra de Carlos León conviven los planteamientos puramente objetuales y la instalación, que irrumpe con inusitada fuerza y determinación en sus trabajos más recientes. Ordenación musical de contrarios a la que también hace referencia el título da exposición, El orden de las primeras cosas, en palabras del poeta Robert Duncan.
Desde sus inicios, imbuido del espíritu subversivo del grupo Supports-Surfaces, a mediados de la década de los setenta, hasta los desarrollos posteriores fruto de sus prolongadas estancias en París y Nueva York, la obra de Carlos León se ha evidenciado como una de las propuestas fundamentales para comprender el proceso de ruptura que, operando desde el corazón mismo de la pintura, derivó las prácticas pictóricas hacia una quiebra consciente del régimen de visibilidad y las abrió al espacio vacío de una expresividad que ha extraviado el sujeto de sus requerimientos, una expresividad que traza —en el plano desolado en que ha devenido el cuadro— los rastros de esa gozosa búsqueda.