La Galería Magda Bellotti acoge Pinturas y dibujos de los sesenta y setenta, una exposición de Enrique Quejido, que el propiso artista describe así: "En la exposición realizada en Buades (1975), intenté resumir-presentar un trabajo ya intuido con anterioridad a dicha fecha, basado fundamentalmente en un escrito de Piet Mondrian: Un nuevo realismo.
«La cultura produce una relativa conciencia de la expresión mutable de la realidad. Cuando se alcanza esta conciencia, tiene lugar una revolución: el principio de la liberación de esa expresión de la realidad. A esto sigue la destrucción de su limitación.
La cultura de las facultades intuitivas ha vencido. Posible una perfección más clara de la realidad constante; aparece un nuevo realismo...»
Piet Mondrian
Como medios plásticos me basé en la línea recta y el color primario en un principio llegando a la conclusión de dos soluciones: podría volver hacia lo natural o continuar su plástica hacía lo abstracto, esto es, convertirse en neoplástica. Excluí de mis pinturas las líneas curvas. Mis composiciones consistieron únicamente en líneas horizontales y verticales, intentando expresarme a través del equilibrio del movimiento dinámico de la forma y el color utilizando procedimientos puros.
Siguiendo este proceso, en 1978 presenté una segunda exposición (Galería Buades, Madrid). En esta ocasión basé mi trabajo en un glosario del expresionismo abstracto, manteniéndome con cierta rigidez en los planteamientos anteriores. En estas obras se puede apreciar cierto contenido –un mensaje o un signo– e incluso se pueden detectar los principios tradicionales de la composición. Exploré el cubismo para luego empezar a buscar medios para liberar la estructura cerrada de la composición, cuyo ejemplo me indujo a introducir más espontaneidad en mis pinturas, todavía vinculadas a cierto informalismo. Mediante la utilización de la monocromía se me hizo patente una honda preocupación por el color, intentando proyectar o expresar la luz, cierto sentimiento del espacio, pretendiendo una posesión total del mismo, otorgándole al tiempo suntuosidad y reclamo.
En estas fechas realizo estudios figurativos planteados por series: Monte Athos, Atlántico, Tres Gracias… etc.
Abre sus puertas un nuevo espacio para el arte contemporáneo, la Fundación Gaspar de Barcelona, situada en el corazón del Borne, en el Palau Cervelló, un palacio gótico con toques renacentistas del siglo XV/XVI.
Con un espacio de exposición, zona de café, tienda librería y una sala polivalente donde se programan charlas y actividades, el espacio promete mostrar de una manera cercana el arte contemporáneo y situar a Barcelona como punto de referencia en el circuito internacional de exposiciones.
La primera exposición de la Fundació Gaspar, Art Strikes Back! propone un recorrido a partir de las aproximaciones creativas de artistas de diversas generaciones, entre ellos Rita Ackermann, Louise Bourgeois, Martin Creed, Subodh Gupta, Thomas Houseago, Paul McCarthy, Dieter Roth, Mira Schendel, Christoph Schlingensief, Roman Signer, Diana Thater y Mark Wallinger.
Galería Cayón tiene el placer de presentar la primera muestra individual sobre Fernando Zóbel (1924, Manila – 1984, Roma) celebrada en una galería en los últimos veinte años. La exhibición estará dedicada a las obras que Fernando Zóbel realizó entre finales de los años 50 y principios de los 60, momento en que encuentra y consolida su propio lenguaje pictórico.
De nacionalidad española, aunque nacido en Filipinas, Fernando Zóbel se formó y desarrolló su trabajo en países tan diversos y lejanos entre sí como Estados Unidos, Filipinas y España. En este último se instaló definitivamente en 1961, fundando en la ciudad de Cuenca el Museo de Arte Abstracto Español que constituyó un importante núcleo intelectual y artístico de las vanguardias españolas de postguerra.
Así pues, en Fernando Zóbel convergen tan diversas influencias como el informalismo americano, el expresionismo abstracto español o la caligrafía oriental. Todas ellas tuvieron un papel decisivo en la consolidación del estilo y de la técnica que Fernando Zóbel desarrolló a partir de 1956. Es en ese momento cuando el artista se compromete totalmente con el arte abstracto eliminando de sus cuadros lo superfluo, y plasmando las huellas que la realidad observada dejaba en su mente sosegada.
En las obras que se muestran en //espacio en Blanca, se hace patente cómo Zóbel a finales de los años 50 reduce al máximo la escala cromática y el grosor del trazo. Al final solo queda el blanco y el negro y finas líneas creadas no con pincel sino con jeringuillas de cristal. Esta técnica innovadora le permitió expresar con la máxima precisión el tema que por entonces investigaba, a saber, el movimiento. Lo plasmado, sin embargo, no es el movimiento de un objeto particular sino más bien su concepto, el universal. Se trata de la expresión del movimiento sentido, no imitado. O dicho de otro modo, es la velocidad visualmente captada y traducida a través de gestos pulidos, de líneas negras con que Zóbel transformó estos lienzos en una lírica de lo fugaz. Entre ellos se encuentra “Nacimiento de Pegaso”, presente en la Bienal de Venecia de 1962.
Actualmente considerado como uno de los artistas más importantes no solo de España sino también de Asia, su obra está presente en destacadas colecciones y museos internacionales como el Ayala Museum, Manila, Filipinas; The Museum of Fine Arts, Boston; el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid o el Museo de Arte Abstracto Español, Cuenca. Con ocasión de esta exposición se publicará un catálogo con ensayo de Francisco Calvo Serraller.