L.E.V., una iniciativa coproducida por el Gobierno del Principado de Asturias, el Ayuntamiento de Gijón, LABoral Centro de Arte y Creación Industrial y el colectivo Datatrón, volverá a contar durante los días 28, 29, 30 de abril 1 y de mayo con algunas de las propuestas más interesantes y arriesgadas de la creación sonora y visual internacional.
El Laboratorio de Electrónica Visual, el Festival Internacional de Creación Audiovisual de Gijón, vuelve a tomar, en su décima edición, los diferentes espacios que conforman LABoral Centro de Arte, Laboral Ciudad de la Cultura y el Jardín Botánico Atlántico de Gijón
Tras las confirmaciones previas que incluyen a Monolake, quien regresa para presentar su nuevo trabajo en una de sus escasísimas apariciones en directo y en formato surround, Robert Lippok, la canadiense Myriam Bleau, el japonés Hiroaki Umeda con su espectacular performance Holistic Strat, Paul Jebanasam & Tarik Barri, Ametsub y Sunny Graves, L.E.V. suma más nombres al cartel de esta edición que desembarcarán en Gijón para mostrarnos sus nuevos trabajos
El CEART- Centro de Arte Tomás y Valiente presenta dos nuevas exposiciones:
Dis Berlín. “Homo Sapiens”
CEART – Centro de Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada acoge “Homo Sapies”, exposición que plantea un recorrido por la producción que Dis Berlin (Ciria, Soria, 1959) ha elaborado a lo largo de la última década. Artista de difícil clasificación ya desde su primera individual en 1982, la presente muestra indaga en un ámbito de su trabajo que se sustenta en una reflexión acerca de los arquetipos y los códigos de la condición humana contemporánea; con importantes antecedentes en conjuntos anteriores, el artista ha consolidado a lo largo de los últimos años una serie de obras agrupadas bajo el título Homo Sapiens y que configuran el eje central de la presente muestra.
Rubén Martín de Lucas “STUPID BORDERS”
Formado como Ingeniero de Caminos Canales y Puertos por la UPM de Madrid, las raíces artísticas de Rubén están en el arte urbano. Es uno de los 5 fundadores de Boa Mistura y miembro activo del colectivo entre 2001 y 2015. Nos presenta “STUPID BORDERS” un conjunto de acciones sobre el paisaje, piezas audiovisuales, fotografías intervenidas y documentación que hablan sobre los conceptos de límite, frontera y posesión. Una serie de obras que nos hace reflexionar sobre la relación que nos une a un planeta, la Tierra, que nos trasciende en edad y sobre el que tenemos un extraño, e intenso, sentimiento de propiedad.
El Reina Sofía presenta Vida en sombras. El cine español en el laberinto (1939-1953), un ciclo dedicado al cine español de la posguerra, comisariado por José Luís Castro de Paz, y programado con ocasión de la exposición Campo cerrado. Arte y poder en la posguerra española.1939-1953. Superando los tópicos que lo han sepultado durante décadas, la producción cinematográfica de estos años se presenta como un oscuro pero fascinante laberinto fílmico e histórico, mostrando los conflictos, las búsquedas y los objetivos de las principales narrativas de un periodo melancólico, herido y confrontado.
El régimen dictatorial organizó la producción cinematográfica de modo diametralmente opuesto al periodo republicano, desarrollando un sistema de autarquía económica y una férrea censura ideológica. Sin embargo, en contra de lo que a menudo se ha afirmado, también buscó la continuidad de las tradiciones culturales que se habían articulado durante la II República. De hecho, el nuevo Estado fracasó en su voluntad de construir un cine “fascista”, debido a la disparidad de visiones enfrentadas, como así demuestran por ejemplo las diferencias entre el rancio conservadurismo de Raza (José Luis Sáenz de Heredia, 1942) y la modernidad falangista y "eisensteiniana" de Rojo y negro (Carlos Arévalo, 1942). También erraría en su intento de eliminar el sustrato folclórico y popular, que, pese a la feroz oposición de quienes veían en tales elementos una abominable herencia frentepopulista, logró mantener su presencia, como denota la obra del director Edgar Neville, una pragmática y medida oposición cultural con títulos castizos y subversivos como Verbena (1941), La torre de los siete jorobados (1944) y la "solanesca" Domingo de carnaval (1945).
Pese a la negrura del periodo, la comedia será el género más habitual. Bajo la influencia del humor moderno y absurdo de la revista La Codorniz (fundada en 1941 por Miguel Mihura), la filmografía del momento mostró, como rasgo dominante, una decidida voluntad reflexiva y metacinematográfica, que manifestaba la dificultad a la que se enfrentaba la ficción a la hora de abordar la oscura realidad que se había iniciado tras la Guerra Civil.
Disidentes a su modo, los llamados “renovadores” (José Antonio Nieves Conde, director en 1951 de la trascendental Surcos; Arturo Ruiz-Castillo o Manuel Mur Oti) y los “telúricos” (Carlos Serrano de Osma, Lorenzo Llobet-Gràcia, Enrique Gómez), mostraron en sus películas una marcada preocupación social y un llamativo “compromiso estético” -de raíz europea y vanguardista pero a la vez profundamente influenciado por Hollywood-, además de hondas preocupaciones psicoanalíticas, transmitiendo desoladores discursos sobre la época que les había tocado vivir y sus demoledoras consecuencias.
La pérdida irremediable del objeto amoroso, a menudo encarnado por una mujer, asesinada, prohibida o desaparecida, y la melancolía e incluso la locura resultantes son los nudos narrativos habituales de este cine, que pueden leerse como metáforas de un país desolado, poblado de sombríos recuerdos, que soportaba un complejo de culpa incontrolable. Tristezas, destrucciones y soledades históricas convertidas en lúcidas “heridas del deseo”, en palabras del comisario.