El Círculo de Bellas Artes acoge Cela: literatura y arte. La pintura a través de Papeles de Son Armadans.
Camilo José Cela fue el fundador y director de Papeles de Son Armadans. El nacimiento y desarrollo de esta revista estuvieron unidos a la presencia del escritor en la isla de Palma de Mallorca durante más de treinta años. Se trataba de una publicación gestada en Mallorca pero con vocación de cruzar sus fronteras. En enero de 1956, la edición ya contaba con la participación de colaboradores suficientes para su primer número. Entre ellos, figuraban Gregorio Marañón, Alonso Zamora Vicente, José Mª Castellet, José Mª Moreno Galván, Dámaso Alonso, Carles Riba, Rafael Sánchez Ferlosio y Ricardo Gullón.
Su fundador comenzó a entablar una relación estrecha con intelectuales locales y de la península. La ambición de Cela con este proyecto literario se materializó en varias decisiones: por un lado, ofreció sus páginas a escritores españoles exiliados, como Rafael Alberti, Max Aub, Emilio Prados o Luis Cernuda. Por otro, apostó por dar cabida a textos en las tres lenguas vernáculas peninsulares, así como a autores que publicaban en inglés. Por último, Papeles de Son Armadans acogió la obra de insignes artistas plásticos, entre ellos, Joan Miró, Pablo Picasso, Antoni Tàpies o los integrantes del grupo El Paso.
Estas colaboraciones surgidas del acoplamiento entre literatura y arte se vieron completadas con la publicación de algunos libros como Joan Miró. Dibujos y litografías o Gavilla de Fábulas sin amor. Ilustraciones de Picasso, fruto del trabajo conjunto entre el pintor malagueño y Cela. Papeles de Son Armadans dedicó al grupo El Paso su número 37, recogiendo cuatro dibujos infantiles inéditos de Picasso, sendas dedicatorias de Miró y Escudero, e ilustraciones de los integrantes de El Paso, además del manifiesto definitivo del grupo, que se publicaba aquí por vez primera. Los versos nacidos en las Conversaciones Poéticas de Formentor fueron también difundidos por la revista, en forma de poemas ilustrados por el propio Cela y por Canogar, Millares, Tàpies, Saura o Viola, con portada de Miró.
Esta exposición centrada en la vida editorial de Papeles de Son Armadans constituye una ocasión única para aproximarse desde otra perspectiva a la figura del escritor coruñés, ganador del Premio Nobel, que en 2016 habría cumplido 100 años. La literatura y las artes plásticas pocas veces celebraron una unión tan eficaz y sorprendente como la lograda en las páginas de Papeles de Son Armadans, una revista extraordinaria que alcanzó los 276 números mensuales, entre 1956 y 1979.
El Museo Guggenheim Bilbao presenta por primera vez en España la obra de Pierre Huyghe (Sin título) Máscara humana [(Untitled) Human Mask, 2014]. Se trata de la décima pieza que se programa en la sala Film & Video desde que esta se inaugurara en 2014 para albergar obras clave del videoarte, la videoinstalación y la imagen en movimiento como medio artístico.
En las obras de Pierre Huyghe la diferencia entre ficción y realidad se borra al tiempo que se construye la experiencia del mundo. En entornos magistral y minuciosamente construidos, personas y marionetas se comportan como iguales mientras que animales y plantas parecen circular tranquilamente a ambos lados de la frontera de lo imaginario. (Sin título) Máscara humana, realizada en 2014, nos lleva a un paisaje japonés marcado por el reciente tsunami y la catástrofe nuclear de Fukushima. Allí se nos muestra una escena inspirada en hechos reales: en un vacío y ruinoso restaurante, un simio, cuyo rostro está cubierto por una máscara de teatro tradicional, parece esperar a los clientes que nunca llegan. Rastreando impacientemente el lugar, deteniéndose para escuchar si alguien se acerca, o mirando por la ventana, el personaje atrapado en un decorado irreal interpreta un número cuyo tema, según ha declarado el propio artista, no es otro que la condición humana.
El Museo Patio Herreriano mostrará una exposición dedicada a la fotógrafa Francesca Woodman con obras de la colección Sammlung Verbund de Viena.
Francesca Woodman se crio y formó entre EE UU e Italia. Fue una niña americana en la Toscana, rodeada de amigos artistas de sus padres, y una adolescente becada en Roma. Probablemente su gusto por los escenarios bucólicos y decadentes no se entiende sin ese contacto con el viejo mundo. Empezó a hacer fotografías a los 13 años, en blanco y negro, de pequeño formato y casi siempre con ella misma como protagonista. Imaginaba libros para aquellas imágenes que pegaba en sus cuadernos y diarios. La naturaleza (ramas, bosques, pájaros...) y las casas (paredes, muros, ventanas...) jugaban un papel fundamental en la composición, había algo siniestro en aquella densidad simbólica, historias llenas de melancolía y tristeza con ella como único centro de todo. Solo llegó a publicar un libro, Algunas geometrías interiores desordenadas.