La Biblioteca Nacional presenta, bajo el comisariado de Cristina Agüero Carnerero, Carreño de Miranda. Dibujos, una exposición que reúne por primera vez las piezas más sobresalientes de la producción gráfica de Juan Carreño de Miranda (1614-1685), cuya faceta como dibujante no ha sido hasta el momento estudiada en profundidad. La obra sobre papel del que fuera pintor de Cámara de Carlos II se cuenta entre las más destacadas del XVII español, tanto por la marcada personalidad de su trazo como por el notable influjo que su producción tuvo en otros artistas activos en Madrid en las últimas décadas de la centuria. Carreño trasladó a sus dibujos elementos propios del lenguaje pictórico gracias a su dominio del lápiz negro, aplicado con trazos amplios y expresivos, que a menudo combinó con la sanguina y el clarión, empleándolos como si de pinceles se trataran.
La muestra se articula en siete secciones en las que a través de los folios de Carreño se exploran diferentes aspectos de su carrera, desde sus inicios centrados en las obras de asunto sacro hasta su consagración como retratista de Corte, poniendo de manifiesto el papel que jugó el dibujo en sus creaciones y en la vida artística madrileña de la segunda mitad del siglo XVII. El estudio de los folios de Carreño invita a superar la visión tradicional que lo ha consagrado como el pintor que, en palabras de Unamuno, retrató «la austriaca decadencia de España», para redescubrir a través de sus dibujos la luminosidad de su pintura religiosa y la riqueza de los proyectos decorativos que realizó en colaboración con Francisco Rizi. A la fructífera relación artística de Carreño con este último se dedica una de las secciones centrales de la exposición, en la que se pone de manifiesto la función esencial que los apuntes y rasguños tuvieron en el intercambio de ideas entre ambos pintores, necesario para llevar a término los encargos que asumieron de manera conjunta.
Los dibujos de Carreño se presentan en paralelo con folios de artistas de su círculo, como el ya citado Francisco Rizi, Claudio Coello, Mateo Cerezo y Pedro Ruiz González. La muestra, que reúne piezas procedentes de la BNE, de diferentes instituciones españolas y extranjeras, así como de colecciones privadas, contará con varios bocetos al óleo y lienzos del pintor y con documentos de archivo, impresos y obras de literatura artística que ilustran pasajes claves de su vida y trayectoria.
ARCOlisboa, organizada por IFEMA, abrirá al público del 18 al 21 de mayo en la Cordoaria Nacional.
Tras el éxito del pasado año, ARCOlisboa 2017 inaugura su segunda cita arropada por galerías, coleccionistas y profesionales del circuito internacional.
Un total de 58 galerías de 13 países participan en esta edición, de las cuales 50 integran el Programa General, y 8 forman parte del nuevo programa Opening, dedicado a jóvenes galerías con menos de siete años de antigüedad.
En coincidencia con la nominación de Lisboa Capital Iberoamericana de la Cultura 2017, se realizará por primera vez en Portugal el Encuentro de Museos de Europa e Iberoamérica.
La Feria cuenta con el apoyo de la Fundaçao EDP, la Câmara Municipal de Lisboa, el Ministerio de Cultura de Portugal, EGEAC, Turismo de Portugal y Turismo de Lisboa, además de otras instituciones y entidades privadas.
Espacio Fundación Telefónica acoge la exposición Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica, comisariada por Hans-Michael Koetzle pretende mostrar, por primera vez, este cambio que la invención y la comercialización de la cámara Leica supusieron para la fotografía. Como esta cámara pequeña, fiable y versátil, equipada con un objetivo de alta resolución diseñado específicamente para ella por Max Berek, marcó un cambio paradigmático en la historia de la fotografía.
La muestra se compone de cerca de 400 fotografías con material documental que incluye periódicos, revistas, libros, publicidad, catálogos y prototipos de cámaras. A través de éste se relata la historia de un siglo de fotografía en película de 35 mm, desde sus inicios hasta la actualidad.
En junio de 1914, el ingeniero Oskar Barnack, trabajador de la empresa líder en la fabricación de microscopios Leitz, construye el primer modelo funcional de una cámara compacta para película cinematográfica de 35 mm. En la mente de Barnack bullía la idea de una cámara pequeña y liviana que permitiera hacer fotos en serie de forma sencilla y rápida usando película cinematográfica manufacturada (es decir, disponible en el mercado y, por tanto, comparativamente más barata). “Negativos pequeños, imágenes grandes” era su lema.
Hace más de cien años nacía así la cámara Leica (= Leitz / Camera). Su lanzamiento, forzado a posponerse hasta 1925 debido a la Gran Guerra, supuso mucho más que la mera comercialización de una nueva cámara, cambiando de un modo radical la manera en que registramos la realidad. Ligera, de apenas 400 gramos, fácil de manejar y sencilla de transportar metida en el bolsillo, la Leica posibilitó tomas de una espontaneidad, dinamismo y flexibilidad imposible hasta entonces.
La exposición Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica se enmarca dentro del programa de la XX edición de PHotoEspaña, que tendrá lugar entre el 31 de mayo y el 27 de agosto de 2017.